Nelson Racing Engines es una empresa yankee que lleva desde 1.996 haciendo autenticas salvajadas, y esto que os traigo es un buen ejemplo.
Han cogido un Camaro del '69, y le han puesto un big block de 571 pulgadas cúbicas, unos 9.400 centímetros cúbicos, le han instalado dos turbos, un escape de diseño y fabricación propia en acero inoxidable, dos radiadores de aluminio con dos ventiladores y un sistema llamado "Octane On Demand", que consiste en dos inyectores por cilindro, capaces de funcionar con diferentes octanajes. El primero para niveles por debajo de los 91 octanos y el segundos para niveles superiores a ese octanaje.
Resumiendo, este aparato disfruta de nada más y nada menos que 2.000 caballos.
Nelson Racing Engines llama a este motor, "Billet Blackout Series Twin Turbo Intercooler", y la verdad, no sé como será llevar un trasto como este, pero las fotos del motor son realmente alucinantes. El aspecto es rompedor. Si funciona igual de bien que su aspecto, debe ser un juguete. Y es que 2.000 CV no aseguran diversión al volante, pero si muchos sustos.
Debido a semejante poderío, se ha tenido que reforzar el embrague, montando dos discos de 10,5 pulgadas, y un cambio manual de seis relaciones procedente de un Viper, el cual ha tenido que ser reforzado igualmente.
Las suspensiones están en consonancia con el motor, y disponen de brazos fabricados por Detroit Speed y muelles Koni, totalmente regulables. Las llantas son HRE y como curiosidad, el eje trasero tiene gomas con dimensiones 345/35 R18. Le han tenido que montar una jaula de seguridad tras los asientos delanteros, para que el chasis no se retorciera en cada aceleración.
El interior también se adecenta un poco con nueva instrumentación, asientos y tapizados. Monta un equipo de sonido de 1.000 vatios y aire acondicionado. Seguro que con un motor así, no se nota la perdida de potencia al conectar el aire... ¿verdad?
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