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Un año han tardado en acabar el proyecto. Un proyecto que apenas parece que tenga cambios, pero creerme si os digo que los tiene.
Lo primero que querían hacer, era conservar el aspecto clásico del Corvette, pero con capacidades dinámicas modernas y un enorme y potente motor bajo el capo. Así, se apañaron para meter un LS3, un V8 de 6,2 litros. A este V8 le montaron inyectores procedentes del LS7, arboles de levas en admisión nuevos y un filtro de aire cónico. Los colectores son Edelbrock de 45 mm de diámetro y la linea de escape en de acero inoxidable. Según Pogea, la potencia asciende a 485 CV con 585 Nm de par a 4.400 rpm.
La transmisión es de cinco relaciones con embrague cerámico.
Para detener el cacharro una vez lanzado, optaron por incorporar unos frenos procedentes del LS5, con 330 mm delante y pinzas de seis pistones, y unos 300 mm detrás, con pinzas de cuatro pistones, escondidos tras unas llantas Pogea racing de tres piezas, exclusivas para esta preparación.
Estas llantas calzan gomas Bridgestone Potenza de 265/40 y 305/30, para lo que tuvieron que ampliar la anchura del eje trasero cerca de 370 mm.
En interior se tapiza con cuero liso, se instala un feo volante "Vallelunga" con la parte inferior achatada. Igualmente monta asientos cobra, sistema multimedia Alpine y navegador.
Para terminar la lista de cambios realizados al coche, podemos resultar el color "Rosso Ferrari", los pilotos traseros LED y sus prestaciones. Acelera de 0 a 100 en 3,9 segundos y alcanza los 288 km/h.
Tengo que reconocer que me gustan mucho los Muscle Car y las preparaciones sobre modelos yankees de los años '50 al '70. Pero tantos cambios desvirtúan el tacto y la esencia del modelo original. Para eso, ¿no sería mejor comprarse uno moderno?
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